miércoles, 25 de marzo de 2015

¿En que se parecen el caso de la muerte del Perro Aguayo Jr. y el despido de Rodner Figueroa?

Hoy lamentamos la muerte de un luchador del ring ante la mirada presencial de miles de personas y captado en video para ser visto por posiblemente millones más.   Un hombre fornido y joven, campeón de esa disciplina, hijo de una leyenda de la lucha libre mexicana, cae moribundo ante los repetidos golpes de otro luchador, el Rey Mysterio, quien ahora debe testificar y enfrentar posiblemente una condena por asesinato culposo.

Reprochamos que un "deporte" aprobado por la sociedad, altamente rentable y que arrastra multitudes, se vea empañado por una tragedia.  Yo me pregunto: "¿No lo veían venir?"  Es una práctica violenta, donde algunos opinan que "no es real" en cuanto al daño que ocasionan esas volteretas y agresiones.  Por más que sean muy teatrales, implican y comprometen al cuerpo a daños neurológicos, musculares y al sistema nervioso, arrojando estos muy probables resultados.

De repente pensé en fashionista Rodner Figueroa, despedido hace unas semanas por la cadena Univisión.   Otro ring, otro cuadrilátero, otro escenario: El de la televisión popular y su batalla por los ratings.   El problema no es que Rodner "se haya ido de boca" con un comentario racista o denigrante hacia la persona de la primera dama de Estados Unidos.  El problema está en el formato del programa.  No solo de ese sino de toda la industria de programas en donde se habla de "farándula", chismes, dimes y diretes.  Como dicen algunos amigos cubanos  "el brete" o "la chusmeria".  El hablar de los demás.  Opinar sobre lo que hacen, sus vidas, lanzar juicios sobre su ropa, su aspecto, involucrándose con los sentimientos y la integridad de esas "celebridades".

Me pueden decir "son personas públicas y deben estar sometidas al escrutinio y al juicio si quieren estar ahí".  Amigos, todos somos seres humanos.

Para mí las dos lamentables situaciones se parecen en que son un resultado del ataque. Uno muy físico, muy concreto, muy letal como fue el caso del Perro Aguayo Jr.  El otro fue un ataque al ego por parte de otro ego.

Nos identificamos con nuestro cuerpo, nuestro grupo étnico, nuestra nacionalidad, nuestras ideas de lo que es bueno y de lo que es malo.   Todo esto es una proyección falsa.

Me opongo a los deportes donde el ataque directo es alentado y premiado.  Así me digan que hay reguladores y árbitros y reglas. Es demasiado peligroso, incluso el boxeo tradicional.   Y sí, me opongo a los programas de chismes, de farándula, de crítica.  También me opongo a las corridas de toros, a las peleas de gallos, de perros etc.  La humanidad ha avanzado, pero no lo suficiente.  Estamos casi como en el circo romano.  "El pueblo pide sangre" como dice Charly García en su canción "Cerca de la revolución".

El deporte y el comentario sobre moda, arte, fashion es válido mientras no hiera la integridad y la dignidad de los que trabajan por superarse y alcanzar sus sueños.  Yo puedo opinar si me gusta o no me gusta algo o alguien, pero no tengo por qué "atacar" a las personas.   No es lo mismo decirle a alguien que hizo algo cuestionable, o no tan brillante, que decirle directamente que es un estúpido o mediocre.

Tengo la esperanza de que algún día, habrá oficios donde la unidad, la colaboración y el mutuo entendimiento, y la competencia "sin agresión" sean dignos, respetables, lucrativos y por qué no... populares.

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