viernes, 17 de junio de 2011

Conciertos en Miami ¿Hay cama pa' tanta gente?


Es cierto que Miami ya no es aquel pueblo perezoso de los años 80 & 90 donde el vaho, el calor y la humedad hacían que el verano se sintiera más como una película en cámara lenta, asfalto incandescente, y barbacoas de familias con música de Hansel & Raúl, Chirino, Roberto Torres o Carlos Oliva y Los Sobrinos del Juez emanando de algún solar y donde la única esperanza de entretenimiento llegaba con el "High Season" turístico de invierno, con hoteles llenos y clubes nocturnos como único destino posible, que abrían hasta altas horas y que eran epicentro de grandes locuras que al día siguiente se veían como eso: grandes locuras.

Ya este pantanal urbanizado que había caído en el terrible estigma de ser lugar de "mármol" - entiéndase mar & mall-, ha ido cambiando pues las nuevas generaciones – y las viejas que lo han pedido por años-, exigen una multiplicidad de maneras de entender el entretenimiento.
Y si bien los conciertos, recitales o directos - como quieran llamarle-, han sido pan de cada día en esta ciudad, este año 2011 en la música latina hemos experimentado el advenimiento de una oferta de artistas como nunca había visto yo en los 20 años que llevo viviendo aquí, y miren si yo he ido a conciertos.

Es verdad que hemos tenido a grandes como Serrat, Soda Stereo, Fito Páez, Luis Alberto Spinetta, Jorge Drexler aquí, ¡Pero han venido en años distintos!

Pero pensar que un mismo lapso docemesino tengamos a Rubén Blades, Pablo Milanés, Andrés Calamaro, Manu Chao, Joaquín Sabina y ¡Posiblemente a Charly García!

¡No manches! como dijo el mexicano.

Ojo, no he mencionado otros conciertos insólitos que no dejan de llamar la atención como El Reencuentro de Menudo -para las púberes ochenteras-, Calle 13 para los púberes más intelectuales de hoy. Hombres G & Enanitos Verdes, Maná, Marc Anthony, Cristian Castro, Carlos Varela y muchos más.
El teatro y la comedia hispana también han agarrado mucha fuerza gracias a la apertura de teatros por parte de aguerridos empresarios.
Saber de tanta actividad en la subestimada Capital del Sol me llena de júbilo pero me preocupa al mismo tiempo. Sé que no hay bolsillo para tanto antojo y la verdad, nuestro mercado es grande, pero no sé si tanto. Me refiero a este tipo de artistas de corte más alternativo.
Y volvemos a la pregunta de por qué son alternativos. ¿Simplemente porque no suenan en radio?

Es fácil ser un promotor de conciertos cuándo tus artistas suenan en la radio.

Pero si no suenan, ¿Qué haces? Afortunadamente la era digital nos facilita las cosas a la hora de diseminar la información a la gente interesada. Aún así nos cuesta trabajo desligarnos de una era de hegemonía de los medios tradicionales de comunicación, donde todavía le damos autenticidad o legalidad a lo que nos dicen por ahí.

El reto es grande. Ciudades como Nueva York, México DF, Buenos Aires o Madrid ofrecen grandes y variados conciertos, ¡Incluso en el mismo día!
Y creo que lo que buscamos es parecernos a esas grandes urbes. Si bien muchos venimos de ellas, en el fondo queremos que Miami sea algo distinto a un balneario lleno de ofertas en compras, diversión y entretenimiento turístico. Nada de malo con eso, es sólo que aquí también vivimos residentes que soñábamos con algo diferente a los juegos de beisbol, el festival de Calle Ocho o los congestionados y calurosos festivales de independencia de cada país.

Más allá de las calidades de los artistas que aquí mencionamos, recordemos que los directos son la mejor fuente de ingreso de artistas y gente que se dedica a la música. Desde Promotores, managers, agentes, sonidistas, electricistas, publicistas, transportistas, hoteles, imprentas y medios de comunicación.

Así que no es sólo entretenimiento. Los conciertos son una gran fuente de ingresos para varios sectores y permiten que artistas establecidos puedan seguir viviendo de lo que disfrutan y saben hacer.

¿Pero qué pasa con los nuevos talentos? Los que tienen algo que expresar pero nadie cree en ellos porque no suenan en la radio. Ya son muchos los promotores que se quejan de un vacío generacional muy grande, pues los dinosaurios que siempre funcionaron se hacen cada vez más viejos, los Julio Iglesias, los Dyangos, los Raphaeles y demás glorias de otrora y sus públicos son menos y las estrellas emergentes de la región no suenan en Miami salvo si son de géneros como el reggeaton o son de la extrema pop.

El tema de la radio musical en Miami ya lo tocaremos, si es que vale la pena y no ha desaparecido cuando volvamos a prender el dial.
Por lo pronto, tenemos conciertos señores, y hay para escoger, así que hagan sus cálculos, bájenle al consumo de comida y cine chatarra para ahorrar un poquito y venir a presenciar música en vivo.

¡El mejor regalo de los dioses!

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