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Cafe Tacuba con Gustavo Santaolalla y David Byrne, Circa 1994 |
El disco que
marcó un antes y un después de la
música Latina alternativa
Por Kike Posada
A propósito del
20 aniversario del lanzamiento de RE, el emblemático disco
de Café Tacuba.
Los 90 fueron
mágicos para la música latina. Por
un
lado estaba lo convencional, como la saga de discos de Luis Miguel en
boleros o
pop pasteurizado.
Surgía Laura
Pausini,
Paulina Rubio era realmente
dorada para su
disquera; “Macarena” era un fenómeno
mundial, pero había otro fenómeno
surgiendo; el rock latino estaba en su apogeo.
Veníamos de una
década de los 80 prodigiosa con el boom del rock en
español liderado por Argentina (Soda Stereo, Charly
García, Enanitos Verdes,
Fito Paz, Miguel Mateos) y España (La Unión,
Nacha Pop, Danza Invisible, Radio Futura)
en la destreza principalmente de guitarra batería y bajo, el
esquema básico del
rock.
Pero el gigante mexicano no
había
despertado todavía.
La nación Azteca
empezaba a arrojar experimentos muy creativos,
Caifanes había
sorprendido en 1988 con su versión de “Bilongo (La
Negra
Tomasa)”, en cumbia rock, Botellita de Jerez hacia lo suyo
con el guacarrock
y sus punteos de guitarra al
estilo huapango.
La Maldita Vecindad y Los Hijos del Quinto experimentaba con el
danzón y el
mambo en 1991, con su disco El Circo.
Pero en 1992
irrumpió este cuarteto con su primer
álbum auto titulado Café Tacuba, en 1992,
esos primeros
éxitos como "María," "Rarotonga",
"Las Persianas", "La Chica Banda" o "Las
Batallas" les dieron la confianza para presentar, dos años
más tarde, lo que
sería este trabajo que amalgamaba esa fusión
étnica, vernácula, de la rica y
diversa música mexicana con el rock, el hip hop, el
punk y la electrónica.
Fueron 20 obras
que nos dejaron con la boca abierta.
Algunos más
conocidos que otros, por ejemplo los sencillos, "Ingrata",
"Las flores",
"Esa noche" y "El puñal y el corazón".
Pero lo que hay en
ese disco es un verdadero tesoro; la incursión de
instrumentos como jarana, guitarrón,
melodeón, violines, percusiones, al
lado
de batería electrónica, fue reveladora para
muchos artistas que en ese momento
buscaban una respuesta al nuevo camino que debía tomar la
música alternativa.
Café Tacuba
demostró que se podía ser exitoso
con ella.
Este tipo de
trabajos también trajo combustible al movimiento musical y
periodístico de los
hispanos que promulgábamos esta música.
Revistas como La Banda
Elástica, Retila, Al Borde y BOOM, florecieron
con discos como este, además del apoyo que la industria
discográfica le diera a
este tipo de artistas.
Pero no solo nosotros.
Revistas mundiales como Newsweek, Rolling Stone, Spin, NME y
Time dedicaron grandes editoriales e
incluso portadas para hablar del fenómeno de Café
Tacuba y el rock en español.
Surgieron
programas de radio en emisoras universitarias y comerciales en toda la
nación.
Nuestro programa radial de
rock
en español en Miami fue un bastión importante
para este movimiento.
Su música
inspiró a grandes del rock mundial
como David Byrne a grabar con ellos e incluso crear sello en apoyo de
la música
latina alternativa, Luaka Bop, que fue el que lanzó la
carrera de grupos como
Los Amigos Invisibles, King Changó o Los de Abajo.
Los Tacubos
empezaron a venir frecuentemente a EE.UU y Puerto Rico, realizaron un
maravilloso
Unplugged
con MTV Latino meses
después, al cual tuve la dicha de asistir.
Ellos fueron lo que Soda
Stereo fue para los 80, la fuerza creativa y
experimental de los 90.
Hasta el día de
hoy “RE” se cita como influencia definitiva en la
música de artistas
contemporáneos como Calle 13, Juanes, Julieta Venegas. Por
ejemplo Meme del Real,
miembro de Café
Tacuba,
ha producido o coproducido en
recientes discos
de Los Bunkers, Julieta Venegas, Ely Guerra,
Álvaro
Henríquez, Natalia Lafourcade, Los Tres o Juanes.
Hoy siento
nostalgia por esa generación de oro de buenos artistas
saliendo de
Latinoamérica. Qué nivel intelectual, de
búsqueda y vanguardia que seguirían en
los discos subsiguientes de la banda, ni hablar del
“Revés/YoSoy” - una
expresión de música concreta-, o el
más reciente "El objeto antes llamado
disco", en el cual siguen sorprendiendo.
Hoy solo puedo
decir gracias Café Tacuba porque por Uds. pudimos caminar el
sendero de lo
alternativo en la música latina con la seguridad de tener un
soporte real y
concreto de maestría y talento. El
tiempo se encargó de refrendar su visión, tan
irracional como esplendorosa.